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Integración conversacional: el futuro de la tecnología en electrodomésticos inteligentes
Escrito por
MIIA
Publicado
11 de septiembre de 2025
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7 min
Recorrer la feria IFA es una experiencia única. Más allá de que, en los días previos a la inauguración oficial cuando solo accede la prensa, muchos stands estén aún en proceso de montaje, se puede observar de forma clara cómo los fabricantes visualizan el futuro del hogar. Y, como era de esperarse en la era de la inteligencia artificial (IA), todo gira alrededor de esta tecnología. La verdadera incógnita es cómo interactuaremos con ella dentro de cinco o diez años.
¿Cómo usaremos la IA en nuestros frigoríficos, televisores, hornos o lavadoras? Sobre todo, ¿para qué la utilizaremos? Después de visitar varios stands y dialogar con representantes de distintas marcas, está claro que la interacción no se dará a través de pantallas o mandos, sino principalmente por voz.
Pasamos del clásico “OK Google, pon un temporizador” a poder decir “voy a hacer pizza” y que el sistema nos ayude en base a eso.
Gracias a ChatGPT, Google Gemini y otros modelos de lenguaje que comprenden el lenguaje natural, ahora es posible hablar con las máquinas como lo haríamos con otra persona. Antes dábamos órdenes simples y sintéticas —“Alexa, pon el brillo al 20%”—, pero hoy basta con expresarnos con naturalidad: abrir Google Gemini, encender la cámara y preguntar naturalmente qué flor es o qué dice un cartel. Esto mismo es lo que las marcas están aplicando a sus hogares inteligentes.
Para ellas, el futuro pasa por un ecosistema donde todos los dispositivos están conectados, se comunican entre sí, entienden el contexto y actúan sin que el usuario tenga que intervenir demasiado.
Hisense, la marca líder de televisores en China y un peso pesado en electrodomésticos, ha incorporado esta idea en sus televisores con el sistema operativo Vidaa OS. En lugar de usar el mando para subir el volumen o bajar el brillo, ahora se puede pedir de forma natural: “la tele me deslumbra” o “quiero ver una película de acción con Jason Statham” y el equipo responde adaptando la imagen o mostrando la película.
Este televisor es la base que Hisense está usando para integrar IA en otros electrodomésticos que cada vez cuentan con menos botones físicos —ahora todo son pantallas TFT— lo que tiene el beneficio de ofrecer infinitas opciones, pero también complica las reparaciones.
Un ejemplo práctico: al hacer un inventario de lo que hay en el frigorífico por medio de una app, se le puede preguntar qué recetas podemos preparar con esos ingredientes. La IA genera en tiempo real distintas opciones que comunica al horno y al lavavajillas. El horno se preajusta a la receta elegida para cocinar, y el lavavajillas programa su lavado según los utensilios usados. Supongamos que hacemos pizza y nos manchamos la camiseta blanca con salsa de tomate.
Ahora el último obstáculo, hablar con la lavadora, ya está casi superado. Podemos indicarle a la lavadora, desde un móvil o la televisión, “tengo una mancha de tomate en la camiseta blanca” y el electrodoméstico ajustará automáticamente el ciclo de lavado basándose en sensores que detectan temperatura, detergente, peso, tipo de tejido e incluso turbiedad del agua. A su vez, la secadora adaptará su funcionamiento para dejar la ropa seca.
Aún queda por llegar un robot que haga la colada y planche, aunque en IFA se mostró el avance de Neura Robotics, una empresa alemana que planea comercializar un robot humanoide por unos 60.000 euros el próximo año. Por ahora, planchar sigue siendo más económico aunque poco divertido.
Sobre robots, TCL comparte una visión parecida a la de Hisense, pero confía en que la robótica jugará un papel fundamental. Hablamos con David Derrida, vicepresidente de Productos de TCL Europa, quien comentó que esta empresa integrará Google Gemini en sus televisores a finales de año. Para él, el ecosistema conectado actual, con tantas apps, resulta complejo para el usuario común. Por eso apuestan por agentes de IA, incluso un robot compañero llamado AI Me, ya presentado en el CES y que se mostró nuevamente en IFA, y que pronto podría comercializarse.
Según Derrida, este robot será el núcleo que conectará y controlará los dispositivos del hogar. Por ejemplo, hoy usamos un mando para el aire acondicionado, pero en el futuro bastará con decirle al robot “apaga el aire” o “mantén la habitación a 22 grados”, y el robot incluso actuará de forma proactiva, apagando el aire al detectar que nos hemos ido.
Aunque ninguna bola de cristal existe, Derrida apuesta a que en cinco años ya habrá robots compañeros en casa con quienes podremos hablar para que preparen algunas cosas, ajusten la temperatura o precalienten el horno. De nuevo, el factor clave será la interacción mediante voz y la capacidad de anticipación de la IA.
Sin embargo, todo esto todavía enfrenta un gran reto: los ecosistemas no siempre se entienden entre sí. Cada marca tiene su propio sistema: LG con ThingQ, Samsung con SmartThings, Hisense con ConnectLife, etc. Aunque el estándar Matter busca unirlos, el camino es largo. TCL, que apuesta fuerte por Google Gemini, asegura que los ecosistemas cerrados no favorecen al usuario y que cuantos más dispositivos puedan integrarse libremente, mejor.
Si un usuario quiere, por ejemplo, un televisor TCL, una lavadora Hisense, y un horno LG, debe poder interactuar con todos desde un mismo agente por voz, sin importar las marcas. Por ahora eso no está resuelto, y aunque las compañías quieren que el cliente compre todo de la misma marca para lograr integración, esa estrategia no siempre beneficia al usuario final.
Otro punto a considerar es la privacidad. Aunque la nube es potente para procesar datos, hay interacciones —sobre todo las que implican nuestra voz e información personal— que preferimos mantener localmente. Lenovo tiene clara esa necesidad y por eso apuestan por los llamados AI PCs, ordenadores capaces de ejecutar modelos de IA sencillos en local, sin depender de la nube, para garantizar privacidad y menor consumo energético.
Lenovo trabaja en un “super agente”, un asistente de IA que comprende el contexto de todos nuestros dispositivos: tabletas, móviles y ordenadores. Según Luca Rossi, vicepresidente ejecutivo de Lenovo, aunque estos equipos no competirán con la potencia de superordenadores en la nube, sí cubrirán las necesidades de procesamientos ligeros y privados.
Además, la interacción por voz en ordenadores podría ser clave para que la experiencia sea natural y rápida, sin demoras que irriten al usuario. Rossi señala que un gran desafío es la fiabilidad: nadie quiere frustrarse porque el equipo no entiende bien lo que se ordena. Sin embargo, la evolución del procesamiento del lenguaje natural nos acerca a un futuro en el que la voz sea la forma predominante de interacción, quizá incluso dando lugar a nuevos formatos de PC que no dependan del teclado.
Steve Long, vicepresidente senior de Lenovo, coincide en que la definición tradicional de ordenador cambia, y que la voz traerá una experiencia “wow” porque reemplazará la tradicional dependencia del teclado, volviéndose una forma de interacción más natural y directa.
Hoy por hoy, ya existen aplicaciones que permiten usar modelos de IA en local, pero falta una integración completa en el ecosistema del usuario.
En resumen, aunque mucha de esta tecnología aún es promesa e idea para el futuro, la IA multimodal ya está impulsando esta transición. Herramientas como ChatGPT y Google Gemini nos han acostumbrado a interactuar por voz para pedir información y conversar con máquinas. Solo es cuestión de tiempo para que esta forma de comunicación se extienda a todos los aspectos de nuestra vida diaria en el hogar y más allá.